España superó en octubre pasado la barrera de los seis millones de parados y su tasa de desempleo llega ya al 26,2 % de la población activa,
el máximo histórico desde que se tienen registros estadísticos del
paro. Así lo confirman las cifras de la encuesta comunitaria de fuerza
laboral que maneja la Oficina Estadística de la Comisión Europea
(Eurostat), que aseguran que en España había hace apenas tres meses casi
300.000 desocupados más de los que calcula la encuesta de población
activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el tercer
trimestre del año. Son 1,13 millones más de los inscritos en los registros de las oficinas públicas de empleo a 31 de diciembre del 2012. Los datos de Eurostat tienen carácter mensual y
se basan en las mismas fuentes estadísticas que la EPA, que se publica
trimestralmente a partir de un macrosondeo telefónico. Pero, a
diferencia del INE, el instituto comunitario cocina sus cifras aplicando
criterios correctores que le permiten homologar las referencias de los
veintisiete países de la Unión Europea. Y aunque últimamente sus
resultados suelen ser más pesimistas para España que los que arrojan los
propios informes nacionales, lo cierto es que las tendencias que recoge
Eurostat casi siempre adelantan el comportamiento del mercado laboral
que luego refleja el INE.
Sucedió hace apenas un año, cuando el Gobierno del Partido Popular acababa
de tomar posesión y se enfrentaba a la primera EPA de la legislatura.
Por entonces España no llegaba a los cinco millones de parados (el INE
contabilizaba entonces 4.978.000), pero tanto el presidente, Mariano Rajoy, como el el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
recordaron en las semanas previas a la publicación de la nueva encuesta
que Eurostat ya daba por superada esa barrera desde hacía seis meses, y
que hablaba de 5,33 millones de personas sin trabajo. La EPA confirmó
después que España había cerrado el 2011 con 5,273 millones de
desempleados.
El INE prevé publicar el próximo día 24 los
resultados de la EPA del último trimestre del 2012, y si esa historia se
repite ahora con la misma tendencia que entonces, es probable que la
encuesta de población activa vuelva a registrar un notable incremento
del paro, tanto en su cifra bruta (casi 5,8 millones de parados en el
tercer trimestre) como en su tasa relativa (el 25,02 % siguiendo la
última estimación del INE).
Al margen de las diferencias en los instrumentos
de medida y de la anécdota numérica de los seis millones de parados, lo
cierto es que la dramática situación del mercado laboral español no
tiene comparación alguna con su entorno, especialmente en la UE. Según
Eurostat, de los tres socios rescatados solo Grecia se aproxima a su
índice de paro (25,4 %), porque Portugal está casi diez puntos por
debajo (16,3 %) e Irlanda a más de once (14,7 %). La gravedad del
problema puede resumirse en el hecho de que si España no estuviera en la
Unión Europea y los Veintisiete fueran veintiséis, la media del
desempleo comunitario, que hoy roza el 12 %, no superaría el 9 %.
España acumula a uno de cada tres parados de la
eurozona, más que Alemania y Francia juntas, cuando entre los dos casi
la triplican en población activa y, además, han absorbido a buena parte
de los emigrantes que la crisis ha expulsado del país. El paro español es mucho más del doble que el de
Italia, el país con el que mejor se puede comparar su situación
económica, y que ni siquiera la alcanza sumándole los parados de
Polonia. En España hay el doble de parados que en el Reino Unido, y más
de los que suman los dieciocho miembros de la UE que aún no han sido
citados (Bélgica, Bulgaria, la República Checa, Dinamarca, Estonia,
Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Hungría, Países Bajos,
Austria, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia no llegan
juntos a los cinco millones). Fuera de Europa se puede mirar a Estados
Unidos: con siete veces menos población, España tiene la mitad de
desocupados.
En el gráfico que sigue se puede comparar la diferencia de España con el resto de países en el tercer trimestre de 2012. Y vamos peor ahora. ¿Realmente el gobierno está siguiendo la política apropiada para frenar el paro? ¿Seguir las indicaciones de Europa va a sacarnos del abismo o nos va a hundir para siempre? ¿Las directrices desde la eurozona son de buena fe? Deberíamos reflexionar seriamente sobre todo esto, porque después de un año de obedecer a ciegas estamos cada vez peor y peor...
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