17 dic 2012

La "in"seguridad social en España

Si ya teníamos quejas sobre el funcionamiento de nuestra seguridad social, por las listas de espera, el trato, etc ahora la cosa se está poniendo todavía peor con las reducciones de gasto que este año está llevando a cabo el Gobierno: despidos, reducciones de sueldo, privatización de hospitales, copagos por todo...

No sé si eso influye en lo que me ha pasado hoy, aunque la mala fama en el trato por parte al menos de los administrativos de la seguridad social viene de largo. En todo caso mal vamos. Voy a contar una anécdota de la que soy protagonista y que he vivido hoy en primera persona. Por anticiapdo diré que por ahora por fortuna soy un usuario muy poco frecuente del servicio sanitario. Quizás se note por lo que voy a contar.

Hoy tenía cita para realizar una analítica de sangre y orina. Por ese motivo madrugué un poco más de lo habitual y seguí los pasos que me indicaron para la recogida de orina. Lo cuál no fue fácil de primeras porque para empezar me dieron dos tubos distintos y un vaso, y sólo tenía que usar uno de los tubos. ¿para qué me dan dos, entonces? me pregunte. Tampoco me indicaron cómo proceder, ya que ahí dan todo por conocido. Por suerte la experiencia ajena de una amiga me aconsejó y ayudó a proceder correctamente.Y allí me fui yo con mi tubito de orina dispuesto a que me sacaran sangre. Sin desayunar por supuesto.

Cuando llegas ves gente arremolinada y no sabes muy bien qué hacer, si esperar, si avisar... Grupos de 3 personas que eran "desangradas" mientras fuera la gente observaba portando papeles, tarjetas sanitarias, vasitos con orina y cara de estar de vuelta de todo. Porque te das cuenta enseguida de que hay verdaderos expertos en el tema. La experiencia es un grado.

Lo primero que sacas en conclusión es que hay que llevar gafas (si las necesitas para leer, como es mi caso), puesto que hay carteles por todos lados que marcan el procedimiento (lo que no te dicen por supuesto al darte cita), a modo del juego de la gimkana. Muy divertido. Eso es lo que me puso sobre aviso de que me faltaba el volante (curioso llamarle volante cuando no es redondo, sino un mero papel). Culpa mía, por supuesto. Me fui al amable señor tras el mostrador a explicarle mi problema con la esperanza de que me imprimiera otro (ya que es el que indica el tipo de analítica que deben hacer). A medida que yo hablaba veía como se le iba poniendo una expresión de satisfacción contenida hasta poder decirme que sin volante nada hacíamos. Que tenía que ir a por él a casa. Vivo lejos le expliqué. Pues entonces, me indica yo creo que incluso crecido, que tenía que pedir de nuevo cita al médico. Yo, con mi tubito de orina en la mano, no entendía nada. Si ahora estamos informatizados y todo nuestro historial está en el ordenador le intenté explicar que podía consultarlo y ver el tipo de pruebas que tenían que hacerme.

"Ay, no. Es que no todos los médicos lo apuntan", me dice. "Pues quizás lo primero será comprobarlo por si acaso" le dije yo, consciente de que mi médico había estado consultando las anteriores analíticas en el pc y escribiendo en él. Finalmente, quizás por mi insistencia y porque iba con traje (más por eso yo creo), accedió a regañadientes a consultar a un médico el tema. A los 10 minutos vino con el volante impreso y pude hacer la analítica. Evidentemente el médico sólo entró en el ordenador y le dio a imprimir. Mientras tanto, a mi lado, una compañera de este señor le ponía todos los peros del mundo a un pobre anciano que se había levantado a las 6 de la mañana para pedir cita.

A lo que voy. Creo que no son conscientes de que el servicio que presta la seguridad social no es gratuito, sino que todos lo pagamos durante muchos años. Eso lo primero. Y que nadie conoce los procedimientos por ciencia infusa y menos a ciertas edades. Es como si se movieran en un mundo creado por ellos que los demás debemos conocer. Y si te sales un milímetro te hacen la puñeta. Al final, el anciano consiguió que le atendieran, eso sí, como un gran favor por saltarse un procedimiento que evidentemente no conocía ni tenía por qué conocerlo. Están prestando su servicio de cara al público y creo que lo primero es ser amables y comprensivos, máxime cuando se trata de atender a gente que acude por problemas de salud.

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